lunes, 18 de septiembre de 2017

Cómo ayudar a los niños con hipotonía o bajo tono muscular

Hace varias semanas atrás, estaba con mi hija menor de 3 años en el jardín echadas en el césped, y por algún motivo, que ahora ya no recuerdo, le pedí que levantara su cabeza sobre el pecho, pero ella en vez de hacerlo como le pedía, se incorporaba y se sentaba. Se lo volví a pedir, y volvió a hacer lo mismo.

niño jugando - portriplepartida.blogspot.com

"Solamente levanta tu cabeza", le decía yo, pero ella se sentaba todas las veces. Me quedé intrigada, algo no estaba funcionando y acabé dándome cuenta de que mi peque no podía levantar la cabeza con solo la fuerza de su cuello.

Me quedé totalmente sorprendida, es más, perpleja de que en más de 3 años de su vida, no me había dado cuenta que ella no podía hacer un movimiento tan básico. Entonces, se me vinieron a la mente recuerdos de cuando era una bebé recién nacida, y de esas pruebas que hacen los pediatras de ponerlos boca abajo para que intenten levantar su cabeza.

Recordé que con pocos días de vida, mi hija mayor se las arreglaba para levantar la cabeza, y que yo me admiraba por eso, y luego recordé cómo la menor de mis hijas no podía hacerlo. En ese entonces yo lo justifiqué diciéndome que como había nacido con una cabeza más grande que la de su hermana mayor, seguro que por eso le costaba levantar su cabecita.

Otras diferencias entre ambas cuando eran bebitas: cuando jugábamos al avioncito, mi hija mayor mantenía todo su cuerpo derecho con las piernas rectas al mismo nivel que la espalda, mientras que la menor tenía las piernas caídas. Cuando levantaba a la mayor por los brazos debajo de las axilas, yo sentía la resistencia de su cuerpecito, mientras que cuando cargaba a la menor, sentía que se me "chorreaba".

Ya a principios de año, la profesora del nido de mi hija menor me había dicho que era medio hipotónica, y de que necesitaba reforzar su psicomotricidad gruesa. El año pasado me habían dicho también que le faltaba un poco de coordinación, y que eso se notaba porque al empezar a correr, en el segundo tranco se caía al suelo.

Como tengo una amiga que ha sido profesora de nivel inicial, le pregunté si mi hija debería poder levantar la cabeza y el cuello, y me dijo que sí. Entonces no perdí tiempo y le comenté lo que había observado a la miss del nido, y ella me ofreció pedirle a la terapeuta de psicomotricidad que le haga a mi peque una evaluación.

En el reporte que hizo la terapeuta, salieron varias cosas de las que yo no tenía ni idea, decía que mi enana es "hiperlaxa", también que no tenía fuerza en la cintura escapular, y que se cansaba fácilmente al hacer actividades físicas, todo esto por la hipotonía de sus músculos.

Hasta la miss se sorprendió al ver el reporte, porque todo esto no es muy evidente en mi hija, ella juega y se mueve como una niña cualquiera, salta, trepa, corre, gatea, pero aparentemente hay un trasfondo de hipotonía.

La terapeuta me dijo, sin embargo, que no era una hipotonía patológica lo que tenía mi peque. Cuando la hipotonía es patológica aparentemente interfiere con el desenvolvimiento del niño, es decir no juega, o no se integra en los juegos con los demás niños porque no puede seguirles el ritmo. En esos casos se indica que el niño siga una terapia.

En los casos más graves, los bebés se demoran en lograr sentarse o en gatear, y también en caminar debido a la hipotonía. He leído de casos de niños hipotónicos que lograron caminar casi a los 2 años de edad. Otros niños pequeños con hipotonía no tienen suficiente fuerza en la mano y dedos para hacer movimiento de pinza.

Lo de la hiperlaxitud se refiere a la gran flexibilidad de las articulaciones, cartílagos y tendones. Cuando es muy notoria, esta condición puede causar que el niño tenga tendencia a padecer de dolores articulares o luxaciones, pero cuando no lo es, puede incluso ser una ventaja en la práctica del ballet, o de deportes como la gimnasia.

La falta de fuerza en la cintura escapular se refiere a la parte que va desde la base del cuello, la clavícula, y el omóplato. Aparentemente por eso mi peque no tenía fuerza en la mano. Una vez su miss me dijo que la fuerza para escribir y dibujar viene desde el hombro. Entonces cuando falta fortaleza en el hombro, el niño escribe o hace trazos muy débiles y es lo que le pasaba a mi hija.

Afortunadamente he observado una mejoría en ella, porque ahora sí hace trazos fuertes o ya no se cansa de colorear libros de figuras como antes.

¿Qué hacer para mejorar la hipotonía leve?

La recomendación que me dieron fue que inscriba a mi hija en clases de natación, aparentemente este deporte ayuda a mejorar la tonicidad de los músculos en los niños hipotónicos.

Pero mi amiga profesora también me dijo que para una hipotonía leve, lo mejor es que los niños jueguen al aire libre en los columpios, en los toboganes, con balancines, con patinetas, etc. Ahí es cuando estarán ejercitando todo su cuerpo y su motricidad.

Los terapeutas también recomiendan que los niños hagan actividades que fortalezcan el tronco, como sentarse sobre una pelota terapéutica, esas para hacer pilates, mientras están viendo televisión o haciendo las tareas, también jugar a la carretilla humana (sosteniendo una persona el vientre y piernas del niño y que este avance sosteniéndose en sus brazos y manos.

También girar o rodar con el cuerpo es una excelente actividad, o jugar a atrapar o lanzar una pelota, o el clásico "matagente". Otras actividades son subir y bajar escaleras colgantes, sobrepasar obstáculos, trepar, jalar, empujar, en general todo tipo de actividades que ayuden a mejorar y reforzar las destrezas motoras.

¿Cómo interfiere la hipotonía en la escuela?

Una primera señal de que un niño es hipotónico es cuando al verlo sentado en una silla está como "chorreado". A los niños hipotónicos les cuesta mantener el cuerpo derecho y erguido, por consiguiente se cansan de mantener por largo tiempo la misma postura.

Al tener esta dificultad, el niño estará moviéndose constantemente en la silla, o para aliviar la incomodidad que siente, se recostará en la carpeta, o subirá los rodillas o los pies en la silla, dando la impresión de ser un niño inquieto que no puede concentrarse en la clase.

De hecho, los niños con bajo tono muscular utilizan más energía mental y física que los demás niños para mantener una postura, por lo que se les hace difícil atender la clase.

De ahí la importancia de tratar oportunamente al niño con bajo tono muscular con miras a evitar dificultades en la vida escolar. Desde casa, podemos ayudar a nuestro hijo haciéndole practicar deportes como la natación, o escuchar música y bailar, jugar a la pelota, y balancearse en el columpio.

Ya lo saben, mucha actividad física al aire libre, y cortar los tiempos sedentarios de ver la televisión o de jugar con tabletas y dispositivos electrónicos.



lunes, 4 de septiembre de 2017

Siete características de las niñas de 10 años

Mi segunda hija cumplió hace poco 10 años, una edad que es significativa no solo para las niñas sino también para sus madres y padres, que empezamos a notar con nostalgia pequeños cambios en nuestras hijas, que nos indican que sus años infantiles están quedando atrás.

niña - portriplepartida.blogspot.com

Si tienes una hija de 10, seguro habrás notado que sus brazos y piernas se han alargado, y que su cintura ha empezado a afinarse. Los 10 años son la edad previa al inicio de la pubertad!. Por triste que pueda ser para tí, es la realidad, tu pequeñita está dejando de serlo.

Los psicólogos dicen que actualmente la pubertad se ha adelantado y que en realidad empieza a los 9 años con las primeras señales de desarrollo físico, como es en las niñas el brote de los pezones. Pero yo más creo que la pubertad se centra en los 11 años, y me ciño a lo que he observado en mi hija mayor y otras niñas: a esa edad la carita les cambia y se ven más como chicas, ya no como niñitas.

Por ejemplo, cuando observo a mis dos hijas mayores, la de 12 años se ve mucho mayor que la de 10, no solo porque es más alta, sino que también porque ha crecido en dimensiones, su cara, sus brazos, sus piernas, sus hombros, el pompis, son mucho más grandes que los de su hermana de 10.

Mi hija de 10 todavía se ve niña, aunque psicológicamente hablando, ya está dando señales de cambio. Por eso en este post, quiero hablar de esos cambios emocionales, o de comportamiento que tienen las niñas de 10 con respecto a sus años más infantiles.

Características de las niñas de 10 años

1. A los 10, las niñas tienen un grupo más íntimo de amigas. Esto es bien característico de la edad. Si antes invitabas al cumpleaños de tu hija a todo su salón de clases, y a otras niñas con las que estudió pre kinder o segundo grado, a los 10 ella ya no querrá una fiesta de cumpleaños masiva, sino solo querrá invitar a quienes son sus amigas más cercanas, o las más afines, las que les caen mejor o con las que más juega y conversa. A los 10, las niñas empiezan a diferenciarse en cuanto a sus intereses y gustos, las más "movidas" o "inquietas" se juntarán con niñas como ellas, y las más tranquilas con las niñas tranquilas.

2. A los 10 si ya está cambiando físicamente, se vuelve pudorosa. Esa escena familiar con la que te encontrabas a menudo, la puerta del baño abierta y a tu hija sentada en el inodoro, se vuelve cosa del pasado. De ahora en adelante la puerta del baño siempre estará cerrada cuando tu hija esté adentro. Si tu hija tiene hermanos, y antes se cambiaba de ropa enfrente de ellos, ya no lo hará más, además que se volverá territorial: no querrá que sus hermanos entren libremente a su habitación.

3. A los 10, les cambia el humor. Puede que se ponga sensible o tal vez malhumorada. A veces tendrá crisis emocionales y te sorprenderá con un "no me entienden!", "me culpan por todo!", "nadie me quiere!". O sino parecerá irascible, y tendrá estallidos de cólera. Son la evidencia de la actividad hormonal que ya empieza a surgir en las niñas.

4. A los 10, la tecnología y las redes sociales son irresistibles. Quizás desde antes tu hija ya te haya empezado a pedir un teléfono celular de regalo, pero si aún no le has dado uno, igual ella podrá echar mano de tu propio smarphone para "conectarse" con sus amigas y crear cuentas en las redes sociales. Las típicas de esta edad son Musicali, Whatsap, Instagram e incluso Snapchat. Desde el año pasado, mi hija y algunas amigas suyas empezaron a crear grupos de Whatsap en nuestros teléfonos, es decir en el de sus mamás. Y ahí estaba yo volviendo loca con el TIN, TIN, TIN del grupo de Whatsap de mi hija. Una vez conté más de 500 mensajes nuevos, peor que un chat de mamás del cole! Y que es lo que se dicen? Intercambian selfies, fotos de sus mascotas, Gifs, se cuentan qué están haciendo en ese momento...

5. A los 10 empiezan a ser críticas con su físico. Es como si de pronto se les abrieran los ojos, y empezaran a ver cosas en su propio físico que no les agrada. "No me gustan mis orejas, son como Dumbo", "mi nariz es muy grande", "mis dientes están chuecos". Los niños pequeños se ven y se sienten satisfechos con lo que tienen, y no se les ocurriría decir que algo de sí mismos no les gusta.

6. A los 10 empiezan a cuestionarte. "Mamá, nunca me oyes cuando te estoy hablando!", "A ver ¿qué te dije?" "Siempre estás con tu celular", "Nunca quieres jugar!". "Me lo prometiste, y no cumpliste!" Definitivamente es el momento cuando la niñita que antes te admiraba, ahora empieza a ver en tí una mamá más humana con debilidades y defectos, y no duda en echártelo en cara.

7. A los 10 los juegos grupales empiezan a quedar en el pasado. Jugar en grupo a las escondidas, o a la chapada o mancha (una variación de la chapada), cada vez se ve menos. Ahora a la hora de recreo, las niñas empiezan a preferir la conversación a los juegos que demandan actividad física. Cada vez que le pregunto a mi hija qué hizo durante el recreo, me dice que dio vueltas por el patio con sus mejores amigas conversando.

Todas estas características las observé antes en mi hija mayor, y ahora la estoy volviendo a ver en mi segunda hija. Es el camino irreversible de su crecimiento, el camino que las llevará a convertirse en adolescentes y luego en unas jóvenes mujeres, y espero estar ahí en cada tramo de ese camino cuando me necesiten, como una guía, o una confidente, o simplemente como su mamá.


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