martes, 28 de junio de 2016

¿Cuál es la mejor etapa de la infancia?

Cuando me estrené como mamá hace 11 años, y mientras veía a mi hija crecer, me preguntaba qué retos nos esperarían a ambas en cada etapa de su crecimiento. Particularmente recuerdo que a menudo me hacía esta pregunta: ¿cuál es la mejor (o más bonita), etapa de la infancia de los niños?

Cual es la mejor etapa de la infancia

Me pasaba que cuando mi hija era recién nacida, me parecía un momento hermoso, y pensaba que algo más maravilloso que eso no podía haber. Pasaban los meses, y sentía que las cosas se ponían cada vez mejor, y cuando veía a otras madres con sus bebes recién nacidos, pensaba ¡pobres, lo que estarán padeciendo sin poder dormir y con la lactancia a todas horas! Felizmente ya superé todo eso!.

Cuando mi hija ya caminaba y empezaba a querer hablar, me sentía emocionada, ansiosa de escucharla decir una nueva palabra cada día, y cuando veía a otras mamás con bebes de seis, siete, ocho meses, pensaba, ¡ay que trabajo tener bebes de esa edad!. Es más bonito ahora, me decía.

Y cuando mi hija tenía unos tres años, y expresaba su amor diciendo "mamá, te quiero", yo me sentía en las nubes. No había nada mejor que esa etapa para mí. Como ven, yo pensaba que el mejor momento era el que estaba viviendo con mi hija, y no veía como apetecible ya criar a un recién nacido o enseñar a comer papillas a un bebé.

Ahora que ya he quemado todas esas etapas de la infancia, con mi hija mayor por lo menos, creo que puedo tener una visión un poco más objetiva de las cosas. Aquí va mi recuento de lo ya vivido.

1. Etapa 0 a 3 meses

- Lo bueno: Es la etapa mágica, de la felicidad infinita. Vives entre nubes de algodón, maravillada de observar esa criatura perfecta a la que has dado vida. La ternura te invade al observar esos pies diminutos y rosaditos, y el corazón se te inflama de emoción cuando tu bebé bosteza y la carita se le arruga toda! ¡No hay cosa más linda!
- Lo malo: Las malas noches. Si tienes suerte te toca un bebé que se despierta una sola vez en la noche, si no la tienes, te toca uno que se despierta cada 2 horas a lactar. Tu vida está totalmente al servicio de ese ser que reclama teta a todas horas, para alimentarse, para dormir, para sentirse protegido. Casi, casi, te sientes reducida a la condición de vaca lechera.
-Lo feo: Los "blues" de la recién parida. Estás feliz, pero a la vez tristona y no sabes por qué. En el peor de los casos, ocurre la depresión post-parto, para la que hay que pedir ayuda profesional. Aclaración: No todas experimentan los blues ni la depresión post-parto. A mí no me pasó ninguna de las dos.

2. Etapa de 3 a 6 meses

- Lo bueno: Tu bebé se abre al mundo, empieza a mirar todo lo que le rodea, se entretiene más con juguetes como sonajeros y muñequitos. Ahora puedes interactuar más con él y ¡reir mucho juntos!. Lo mejor de todo es que lloran menos y sus tomas de leche son más espaciadas.
- Lo malo: Se mueven más y tienes que estar más atenta. Antes se quedaba quietecito en donde lo ponías, encima de tu cama o de un sofá, pero ahora empieza a querer darse la vuelta, así que en el momento menos pensado lo logra y puede caerse si no se han tomado las precauciones debidas.
-Lo feo: Para algunos bebés la dentición es un verdadero problema y se fastidian mucho, lloran más, se despiertan por la noche más frecuentemente, mientras que para otros pasa como si nada.

3. Etapa de 6 a 12 meses

- Lo bueno: Esta es la etapa donde los bebés se inician en los alimentos sólidos, lo que supone menos dependencia de la teta, y un poco de más tiempo libre para mamá. Además reclaman menos brazos que antes porque se entretienen muy bien si los dejan en el suelo rodeados de juguetes, o intentando gatear. Es una etapa de desarrollo psicomotor acelerado, que empieza con intentos de ponerse de pie agarrados del borde de la cuna, de un sofá, o de una silla, para luego lateralizar, es decir dar pasitos de costado apoyándose en algo.
- Lo malo: Están más vulnerables a accidentes por el hecho de moverse más.
- Lo feo: Algunos bebés sufren una crisis de miedo al abandono alrededor de los 10 meses y empiezan a reclamar mucho a mamá si no la ven cerca. Si ya dormían de corrido durante la noche, empiezan a despertarse otra vez.

4. Etapa de 12 a 24 meses

- Lo bueno: Esta edad es de muchísimos descubrimientos. El desarrollo cerebral del bebé es acelerado. Es tierno ver una personita regordeta en miniatura caminando por aquí y por allá con pasitos cortitos y torpes, queriendo verlo todo, queriendo curiosear en todo. También empiezan a desarrollar el lenguaje, y es tan tierno escucharlos expresarse en su media lengua, o en su "baby talk". Ver: Lengua de trapo
- Lo malo: Como quieren expresar cierta autonomía, entonces empiezan las primeras pataletas. Antes podías decidir las rutinas de tu bebé, la hora de la comida, la hora del baño, etc, sin ninguna resistencia, ahora no. ¡Odia que le interrumpan cuando está jugando para algo tan banal como tener que comer!
- Lo feo: Si decides llevarlo a una guardería o que ya entre al nido, se pasará enfermo todo el año, saldrá de un resfrío con tos para pasar una gripe y luego a una bronquitis, en un círculo vicioso ¡sin fin!.

5. Etapa de 2 a 3 años

 -Lo bueno: A esta edad ganan más autonomía, empiezan a dejar de ser bebés, su lenguaje mejora muchísimo, dejan de usar pañal, se divierten jugando con sus pares. Adoran cantar y bailar dando saltitos
- Lo malo: Los "terribles dos años" se manifiestan en todo su esplendor. Descubren el poder del "No" y lo usan a discresión. "Mi amor, vamos a almorzar" -"No!", "Es hora de tu baño" -"No!", "Ya tienes que dormir" -"No!". Y cuando vas a vestirlo, ¡nunca quiere la ropa que has escogido ponerle!
- Lo feo: Las monumentales pataletas. ¡Ay de tí si osas contradecir a tu adorado retoño! Berreará como poseído, o se tirará al suelo, o se jalará de los pelos, o la emprenderá a lapos contra tí, pobre súbdita que se ha atrevido a contradecir a su majestad.

6. Etapa de 3 a 5 años

- Lo bueno: A esta edad tu hijo se expresa muy bien, y empiezas a conocer cómo entiende el mundo, cómo lo percibe, cómo saca conclusiones de lo que ve o escucha. Si te toca un niño hablador y ocurrente, esta etapa es muy divertida por las frases llenas de ingenuidad infantil con las que te sorprenderá y te hará reir. Ver: Ocurrencias infantiles que nos alegran la vida
- Lo malo: Si tu niño no ha alcanzado ciertas habilidades para su edad, en cuanto a lenguaje o desarrollo psicomotor, es en este momento que se hace evidente y ello es detectado ya por sea el pediatra, o por la profesora, o la psicóloga del nido.

7. Etapa de 5 a 7 años

- Lo bueno: Empieza la etapa escolar, pero ésta aún no es exigente para los niños. Además tienen allí muchas oportunidades para socializar. Si tienes dos hijos en estas edades pueden jugar literalmente por horas sin molestar a nadie, y tú, tienes tiempo para descansar.
- Lo malo: De pronto ves fotos antiguas de tus hijos cuando eran más pequeños, y te entra la nostalgia: "¡Qué penaaa! ¡Qué rápido han crecido!", ¡Quiero otro bebé!!!!".

8. Etapa de 7 a 10 años

- Lo bueno: Los niños se ponen más maduros a partir de los 7 años en comparación con los años previos. Hacen menos travesuras y en cierta manera todo empieza a funcionar más fluidamente en casa. Son más independientes, se bañan solos, se preparan para ir a la cama solos, incluso pueden ayudar en algunas tareas domésticas adecuadas para su edad.
- Lo malo: Las demandas académicas son mayores en el colegio, y si tu hijo no es muy aplicado, o flojea en los cursos, tendrás que estar ¡corriendo detrás de él para que estudie y cumpla con sus deberes!.

La verdad es que todas las etapas de la infancia tienen su encanto. Pero a algunos padres les gustarán más aquellas en que los niños son más independientes, y otros preferirán aquellas en que más bien son pequeñitos y totalmente dependientes de mamá y papá.

Yo personalmente me quedo con la etapa de 3 a 5 años. Guardo hermosos recuerdos de esa época de la infancia de mis dos hijas mayores, y a finales de este año, espero con ansias empezar a vivirla con la menor de mis hijas. Me fascina esta etapa de 3 a 5, porque es cuando puedes realmente conversar con tu hijo, cuando empiezas a conocerlo, y a observar cómo se va definiendo su personalidad.

¿Y a tí, qué etapa de la niñez te parece la mejor?

lunes, 20 de junio de 2016

Bullying: Cuando tu hijo es el niño agresor

¿Qué haces si tu hijo o hija viene a tí un día y te dice con una mirada triste y gesto compungido que es víctima de bullying en el colegio? Probablemente se te para el corazón por un segundo, y empiezas a angustiarte de saber que tu pequeño o pequeña está sufriendo algún tipo de maltrato.

Credit: Dreamstime
Hemos escuchado tanto de bullying, y obviamente nadie quiere que a nuestros hijos les toque sufrirlo. Pero, ¿qué pasa si un día te llaman del colegio, y te dicen que es tu hijo el que está agrediendo constantemente a otro niño? ¿Cómo reaccionarías?

El psicólogo Juan Carlos Ríos Toce, Director de Aurea, un centro de evaluación psicológica y desarrollo integral, dijo recientemente en una charla a padres de familia, que la primera y más común reacción de los padres cuando les dicen que su hijo está agrediendo a otros niños es la negación, y que no es sino hasta que se les hace entender que su hijo se va a ver beneficiado con un plan de acción para parar el bullying, que se muestran más receptivos a tratar el tema.

"Hay que ser conscientes que hay consecuencias por un lado en la víctima y también en el agresor", dijo Ríos. "En la persona que agrede pueden haber también consecuencias porque empieza a tener una conducta de poca adaptación a la sociedad que se puede ir incrementando con el tiempo, o porque (el bullying) es el reflejo de una falta de adaptación, una falta de seguridad, una falta de conducta saludable".

Ríos señaló que hay que tener en cuenta que no todos los casos de agresión son bullying. Que un día un niño golpee a otro porque tuvieron diferencias durante un partido de fútbol, o que en una ocasión una niña le diga tonta a otra y la haga llorar no puede calificarse necesariamente como bullying. Para que un caso de agresión sea considerado bullying tiene que cumplir dos características: tiene que ser repetitivo a lo largo del tiempo, y tiene que existir una real intención de dañar psicológicamente, verbalmente o físicamente.

¿Cuáles son los factores que pueden influir en que un niño se convierta en agresor?

Ríos dijo que existen una serie de factores que podrían condicionar el hecho de que un niño se convierta en agresor, y tienen que ver con su personalidad, con su entorno, con su historia de vida y sus vivencias.

-La Personalidad: Esta viene definida por el temperamento y el carácter, donde el primero es una característica innata, biológica, y el segundo está condicionado por el entorno en el que nos desenvolvemos. Así, un niño o adolescente puede ser por temperamento extrovertido, egocéntrico, irascible, impulsivo, y por carácter, puede tener baja tolerancia a la frustración, falta de empatía con sus semejantes, además que no se siente valioso, o no se siente valorado, y además no recibe un buen trato o no ha desarrollado buenos hábitos y/o valores. Todos estos aspectos podrían influir en que se configure el perfil de un agresor.

-Entorno y ambiente: Las vivencias en el entorno familiar o en el círculo de amigos, o en el entorno social condicionan también la aparición de conductas agresivas. Si el niño o adolescente es hostigado dentro de su familia, por ejemplo por sus hermanos, podría replicar esa conducta hacia otras personas más débiles.

-Medios de comunicación: Es un hecho que los dibujos animados que nuestros hijos ven en la televisión actualmente no son los mismos de nuestra época. Los dibujos animados en la actualidad tienen un fuerte componente de antivalores como la violencia, el egocentrismo, la rebeldía, la falta de respeto. Lo mismo ocurre con los videojuegos y en el espacio de las redes sociales. La influencia que estos medios tienen en los niños es muy grande ya que suelen aprender comportamientos negativos por imitación.

¿Qué hacer si mi hijo está agrediendo?

Descubrir que el hijo de uno es un niño agresor suele ser algo muy duro para los padres, dijo Ríos, ello porque llegan a comprender que detrás de ese comportamiento agresivo existe un niño que no es seguro ni feliz, y que no está aprendiendo buenas habilidades sociales.

Esto es lo que los padres deben hacer para ayudar a su hijo:

1. No negar el bullying.
2. Evitar reacciones violentas o de enojo.
3. Evitar a toda costa que vuelva a agredir.
4. No satanizarlo.
5. Establecer un plan claro de acción.
6. Escucharlo.
7. Reforzar la relación que se tiene con el niño.
8. Practicar juego de roles para enseñar la empatía, que se ponga en el lugar del otro.
9: Si no se puede manejar la situación buscar ayuda profesional.


¿Cómo apoyo a mi hijo si es la víctima?

El bullying deja en los niños víctima muchas consecuencias que van desde lo físico, cuando son golpeados, consecuencias emocionales como el surgimiento del temor, miedo de salir de casa, miedo a ir al colegio, consecuencias escolares, porque se produce un descenso en su rendimiento, así como consecuencias en su estado de ánimo.

Ríos planteó las siguientes acciones si descubres que tu hijo es víctima de bullying:

1. Darle soporte.
2. Que se sienta protegido.
3. Escucharlo, fortalecerlo interiormente, por ejemplo, trabajar en la propia valoración, y tratar de eliminar en el niño la ansiedad por pertenecer a un grupo.
4. No sugerirle parar al agresor con violencia.

¿Qué hacer si mi hijo está en el grupo de los observadores del bullying?

El grupo de observadores lo compone la mayoría de niños, y ellos pueden marcar la diferencia para parar el bullying. Por ello hay que darles las siguientes pautas:

1. Concientizarlos a que frenen el bullying.
2. Hacerles entender que no hacer nada o quedarse callados no les hace bien "humanamente" hablando.
3. Hablar sobre que no es fácil remar contracorriente, pero se puede dar el ejemplo.
4. Que no refuercen las conductas negativas quedándose como espectadores.

El bullying ha existido siempre pero es en décadas recientes que se habla mucho del tema y que llegan a nosotros desde los medios de comunicación noticias sobre casos trágicos de niños o adolescentes que no pudieron soportar el maltrato que padecían y optaron por suicidarse. Lo peor de todo es que sus padres no sabían que eran víctimas de bullying porque los niños no les revelaron qué es lo que estaban padeciendo, y sus pobres padres no tuvieron la oportunidad de ayudarles.

Creo que es importante que todos los padres podamos estar alertas a las señales de probables casos de bullying. Por ejemplo, si es nuestro hijo o hija que llega del colegio triste y ensimismado, o también si escuchamos que nuestro hijo habla repetidamente de haber presenciado maltratos a un compañero, o si escuchamos a nuestro hijo alardear de haber molestado o golpeado a un amigo.

Es mi opinión personal que los padres de un posible niño agresor tienen un papel clave para parar el bullying y la iniciativa y decisión que tomen en el tema marcará la diferencia. Si alguna vez a tí, padre o madre, te dicen que tu hijo está agrediendo, no lo tomes como una acusación personal.

Antes de decir cosas como: "No puede ser, mi hijo es un niño buenísimo, no creo que esté maltratando a un compañero", o "No, están malinterpretándolo", o "Todos los niños se fastidian unos a otros, es normal", escucha, ata cabos, investiga, seguro tú mismo llegarás a la verdad. Luego será el momento de tomar acciones inmediatas, no solo por el bien de tu hijo, sino también por el de los demás niños. Todos los padres estaremos agradecidos.

Ríos concluyó la charla con estos consejos finales para prevenir que nuestros hijos se vean inmersos en situaciones de bullying:

1. Amar a nuestros hijos, y expresarlo con demostraciones físicas de afecto.
2. Darles tiempo.
3. Mejorar su autoestima.
4. No gritarles.
5. Actuar con firmeza y afecto.
6. Dar ejemplos de conducta.
7. Enseñarles que el camino de la verdadera amistad es mejor que el de la agresividad y el egoísmo.
8. Hacerles sentir que valen.