martes, 25 de abril de 2017

Tres maneras cómo la tecnología está cambiando a nuestros hijos

El genio Albert Einstein dijo: "Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas". Sea o no valedera esta predicción, lo cierto es que la tecnología está cambiando a las nuevas generaciones.

chica chateando - portriplepartida.blogspot.com

Los psicólogos han observado ciertas características de los chicos de hoy, que acostumbran vivir pegados a sus smartphones: que tienen menos habilidades sociales, que son menos empáticos, y que no cultivan amistades profundas.

Esta es la llamada Generación Z, la de aquellos nacidos entre 1995 y 2010, es decir nacieron en la era del Internet, en la era de la velocidad de las comunicaciones, de la inmediatez como valor, de la globalización de la información, de la apertura de lo privado a niveles antes nunca imaginados, y del poder de las redes sociales.

Es de esperarse que tengan características propias y diferentes a la generación de sus padres, que pertenecemos a la denominada Generación X, y que como mayor placer en la adolescencia teníamos el prendernos del teléfono por horas para hablar con nuestros amigos.

El placer de los chicos de hoy es pasarse horas con su smartphone chateando con sus amigos, o buscando su mejor ángulo o su mejor look, posando ante la cámara de sus teléfonos para hacerse selfies y compartirlos con sus amigos, y después esperar con ansiedad que el número de "Me gusta" que obtengan sea por lo menos el mínimo aceptable para ser considerado "cool" o popular.

Recientemente asistí a una nueva charla en el colegio de mi hija sobre los adolescentes y las redes sociales, y la psicoterapeuta Talía Herrera, del Instituto de Neurociencias Aplicadas, que estuvo a cargo de la misma, dijo algo que me dejó pensando: los chicos de hoy no tienen habilidades sociales. Están tan apegados a su teléfono celular que sienten más natural chatear con sus amigos que hablar en persona cara a cara con ellos.

Debido a esa carencia de habilidades sociales resulta que son menos empáticos que las personas de generaciones anteriores, y por otro lado, la calidad de las amistades que tienen o el concepto de amistad que tienen es muy diferente de otras épocas. En realidad podrán tener 1,000 amigos en Facebook, pero ¿cuántos de ellos son verdaderos amigos? ¿cuántos los apoyarían en un mal momento?, ¿cuántos los defenderían?

La carencia de habilidades sociales

La primera manera cómo la tecnología está cambiando a los chicos de hoy es haciendo que pierdan habilidades sociales. Los adolescentes conversan, se ponen al día sobre sus vidas, buscan información, coquetean o flirtean, y hacen planes de fin de semana, básicamente por los chats, y cuando quieren terminar una relación con su novio o novia, simplemente cambian de estado en su perfil de Facebook.

El conversar cara a cara, compartir secretos, o confidencias parece cosa del pasado, y es que incluso cuando están reunidos en grupo para una salida, o una reunión de cumpleaños, los adolescentes están con la mirada en sus teléfonos, chateando con los amigos que están ahí mismo, sentados a su costado.

Lo estoy viendo yo misma en las amigas de mi hija de 11 años, a las que llevo al colegio. Dos de ellas que tienen smartphones, ya no hablan en el trayecto al colegio. Chatean entre ellas, sentadas una al lado de la otra en el carro!

Cuando uno conversa cara a cara con otra persona está recibiendo una gran cantidad de información de la que no es consciente totalmente, pues no solo está escuchando lo que se le está diciendo verbalmente, sino que está percibiendo las expresiones faciales y el lenguaje gestual de su interlocutor.

Pero los chicos de hoy se comunican a través de un chat donde las expresiones faciales son reemplazadas por emojis, carita feliz, carita triste, carita enojada, asombrada, carita llorando de risa, etc, y muchos !!!!!!!!!!!!

Dicen que los ojos son el espejo del alma, mirando a los ojos uno puede saber o intuir los sentimientos o pensamientos  de la persona con la que uno habla. Los ojos no mienten. Si le cuentas algo a alguien, por su reacción sabrás si se alegró genuinamente con la noticia, o si le sorprendió o si le fastidió aunque sus palabras digan otra cosa.

De experimentar todo esto se privan los chicos cuando prefieren los chats a la comunicación directa en persona.

La falta de empatía

La falta de habilidades sociales de los adolescentes lleva a que tampoco desarrollen un fuerte sentido de empatía.

La empatía es la habilidad para entender los sentimientos y las necesidades del otro, es poder ponerse en su lugar. Cuando se dan situaciones de bullying queda en evidencia la falta de empatía de los adolescentes agresores así como de los que hacen de espectadores, que callan o se hacen de la vista gorda ante la agresión.

Una moda actual cómo los chicos se divierten en las redes es creando memes en los que hacen burla de un compañero o compañera. Estos chicos no se ponen en el lugar de la víctima, no entienden su dolor, no hacen suyo su sufrimiento por la humillación.

En los grupos humanos donde existe empatía la convivencia es más armoniosa. Incluso se dice que en las empresas donde los empleados tienen sentido de empatía hay más productividad y un mejor ambiente laboral.

Amistades poco profundas

Los chicos de hoy tienen un vasto círculo de amigos en las redes sociales, pero si se analiza la calidad de esos vínculos, resulta que se trata de amistades bastante superficiales. Nos encontramos ante una "virtualización" de las relaciones amicales, donde en apariencia todos son amigos pero en realidad no lo son.

Los jóvenes hoy en día no logran desarrollar amistades profundas, o tantas amistades profundas como antes, dijo Herrera,

La psicoterapeuta contó el caso de una joven peruana que había sido candidata en un certamen de belleza y que pasó una gran humillación pública luego que una amiga suya difundió en las redes sociales una foto de la joven sentada en el inodoro mientras se ocupaba en el baño. La foto llegó a los medios de comunicación.

Para casos como este se aplica bien aquel dicho de "Con amigos así, para qué uno quiere enemigos".



¿QUE PODEMOS HACER?

Siendo conscientes de estas características de nuestros hijos, como madres y padres hay algo que podemos hacer para mejorar su mundo, su formación.. No porque nos digamos a nosotros mismos: "son nativos digitales", hay que dejarlos sin control en el mundo digital y de las redes sociales. Ver: ¿Sabes lo que están haciendo tus hijos en las redes sociales?

Los padres debemos ser los cables a tierra de nuestros hijos, Nuestro deber es hacerlos aterrizar y controlar ese desmedido deseo o necesidad de estar "conectado". Y eso empieza por establecer pautas de comportamiento, por ejemplo, no usar teléfonos celulares en la mesa, o dejar los teléfonos fuera de su habitación cuando se van a dormir,

A la vez debemos proporcionarles un sentido de realidad más allá de lo virtual, preocuparnos porque desarrollen habilidades sociales y mejoren sus vínculos afectivos, fomentar el desarrollo de la empatía, conversar y preguntarles, ¿cómo crees que debió haberse sentido fulanito?, recomienda Herrera.

Siempre será bueno ponerles límites, por ejemplo los siguientes:

1. Limitar el tiempo que pasan navegando en las redes sociales.

Puede ser una hora al día, o una hora y media, después deben ocupar su tiempo en otras cosas, en estudiar sus cursos, en leer, en hacer deporte, en conversar con la familia, etc.

2. Pedirles su clave

Atención a esto, algunos chicos dicen "Perfecto mamá, acá está mi clave de Facebook", pero para escapar de tu control, se crean otro perfil.

3. Configurar aplicaciones de control parental

Es una manera de saber qué están haciendo tus hijos en las redes sociales, y/o restringir que accedan a sitios con contenido inapropiado.

4. Establecer límites situacionales al uso de teléfonos

Por ejemplo es una buena regla prohibir el uso de smartphones en la mesa cuando la familia comparte los alimentos. Este es el momento perfecto para la interacción entre padres y hijos, y hay que darle la debida importancia como un tiempo de calidad.

5. Que entreguen los teléfonos a sus padres cuando se van a dormir.

Esto es para garantizar que tus hijos tengan un buen descanso. La presencia del teléfono celular en el dormitorio es demasiada tentación para un adolescente. Además para los adolescentes no hay horario que valga, cualquier hora es buena para enviarse mensajes, y no querrás que tu hijo o hija esté chateando a las 2 de la madrugada.

6. Dar siempre el ejemplo del uso adecuado del teléfono.

Si tú como madre o padre eres adicto a tu smartphone, si lo usas a todas horas, cuando estás en la mesa, cuando estás en una reunión familiar, cuando te vas a la cama, etc, no esperes que tus hijos acepten de buena gana que les pongas limitaciones a su uso.

7. Recordarles quién es el dueño del teléfono.

Esta es la última carta bajo la manga, si tu hijo adolescente se resiste a aceptar tus reglas, recuérdale que el teléfono lo compraste tú, por lo tanto es de tu propiedad, y puedes disponer de él cuando lo consideres conveniente.

La conferencista hizo una recomendación final a los padres, que tratemos de cultivar la confianza de nuestros hijos, y que evitemos el impulso inicial de juzgarlos, de criticarlos y regañarlos cuando desaprobamos una conducta suya. Esto es importante porque si confía en tí, tu hijo acudirá a tí cuando se encuentre en problemas.

La psicoterapeuta narró el caso de una adolescente aspirante a modelo, que había posteado fotos suyas en una página de Facebook, y que fue contactada a través de mensajes privados por una supuesta agente de modelos de otro país que quería ofrecerle trabajo.

La supuesta agente consiguió que la chiquilla le enviara más fotos de ella, y que le diera información personal suya. Al poco tiempo, la adolescente recibió una llamada telefónica de un hombre que le dijo que tenía sus fotos y su información, que sabía muchas cosas de ella, y que iba a tener que enviarle lo que él le pidiera.

Afortunadamente, la adolescente tuvo el tino de acudir a sus padres, y les contó todo, porque confiaba en ellos. Otra hubiera sido la historia si se guardaba el problema para sí misma y cedía a los requerimientos del desconocido.

Luego de terminada la charla sobre redes sociales, algunas madres de familia hicieron preguntas o dieron sus aportes con respecto al tema, y dos de ellas dieron testimonio de cómo el haber cortado voluntariamente o no, el acceso a la tecnología, había redundado en una mejor interacción y comunicación con sus hijos. Ver: Cinco razones para no darle un teléfono celular a mi hija

Es cierto que la tecnología nos ayuda a tener información y estar en contacto con otras personas a distancia, amigos o familiares que viven en otros países por ejemplo, pero también es muy cierto que nos aisla y nos aleja de quienes tenemos cerca. Tengamos esto en cuenta.

viernes, 14 de abril de 2017

¿Sabes lo que están haciendo tus hijos en las redes sociales?

En los tiempos actuales, cada vez más temprano los niños cuentan con un smartphone que les es regalado por sus padres, y eso está llevando a que tengan acceso al mundo de las redes sociales sin que los padres se den verdadera cuenta de qué puerta están abriendo a sus hijos.

niños con teléfono móvil - portriplepartida.blogspot.com

Darle un teléfono celular a un niño de 9 o 10 años es como ponerle al volante de un auto sin que sepa conducir. Un niño no sabe de conceptos de privacidad, ni de seguridad en el ciberespacio, por eso es recomendable retrasar en la medida de lo posible el regalar un smarphone a un niño.

Sin embargo, si ya has decidido darle a un teléfono celular a tu hijo o hija, por lo menos deberías de enseñarle qué es lo que puede hacer y lo que no debe hacer en las redes sociales.

Algunos papás y mamás dicen: "pero si los niños de hoy son nativos digitales, ¿por qué le voy a impedir el acceso a la tecnología a mi hijo?", o "No tiene sentido, sería ir contra la corriente", o "Sería retrasarle con respecto a otros niños".

Pero lo que no están tomando en cuenta es que los niños podrán manejar un smartphone mejor que sus padres, podrán descubrir todas las funciones y aplicaciones que puede tener el teléfono en un minuto, pero ¿acaso saben discernir entre lo privado y lo público? ¿Saben de los que peligros a los que se exponen por compartir cierta información personal en Internet? ¿Saben cuidarse de posibles pederastas que acechan en las redes?

No, no lo saben, precisamente porque son niños, y piensan como niños.

Hace unos días, el colegio de mis hijas organizó una charla para los padres sobre el uso de las redes sociales por parte de nuestros hijos, y realmente se compartió información muy importante. El conferencista hizo una excelente comparación metafórica sobre lo que significa que como padres permitamos a nuestros hijos usar libremente las redes sociales.

"Imaginemos que sus hijos se van a jugar al parque, ¿los dejarían ir solos?, ¿No les preocuparía saber con quién están?", dijo.

"Si se enteraran que en el parque pueden encontrar diferentes situaciones que son pensadas para adultos, por ejemplo que es un festival de drogas, y si tienen además que en ese parque hay gente desconocida que puede obtener información, imágenes, fotos y vídeos de sus hijos, además que en ese parque no solo pueden jugar con sus amigos, sino con muchas otras personas, de todas las edades, de todas partes del mundo, o que en ese espacio sus hijos podrían estar siendo agredidos, o estar agrediendo a otros, o pasando por situaciones sin saber qué hacer, ¿que pasaría? ¿Ustedes los dejarían así sueltos?", nos preguntó.

Nosotros como adultos tenemos la capacidad de juzgar qué puede ser peligroso publicar o compartir en las redes sociales, pero los niños y adolescentes no, por más que lo crean.

Es más, a veces hasta a los adultos se les pueden pasar cometer algunas ligerezas en las redes, por ejemplo el conferencista relató que en un grupo público de Facebook, en el que se ofrecen y se comparten datos útiles, una persona publicó un post que decía que necesitaban niños de 2 años para un casting y pedía a la gente que le pasara fotos de sus hijos.

Increíblemente, dijo, cientos de personas enviaron de manera pública fotos de sus pequeños a un completo desconocido que las solicitó.

Facebook, Instagram y Snapchat

En la última década, el tiempo que los niños de 8 a 11 años, y los de 12 a 15, pasan en Internet se ha duplicado, por eso es importante que los padres sepan qué están haciendo sus hijos en la red, qué redes sociales frecuentan y a qué información están expuestos.

Las redes sociales más populares usadas por niños y adolescentes son Facebook, Instagram y Snapchat. Si bien las dos primeras tienen censura a contenido inapropiado, Snapchat no tiene censura a vídeos de contenido sexual. En el caso de Instagram si bien sí existe censura, esa red está llena de cuentas de celebridades que comparten fotos en poses sensuales o con poca ropa.

Algunos adolescentes que usan Snapchat podrían decir que sus cuentas son privadas y que solo comparten fotos o vídeos con sus amigos, pero ¿qué pasa si uno de los supuestos amigos, no lo es tanto, o se quiere pasar de gracioso, y hace un screenshot (impresión de pantalla) del material subido y lo comparte con otros y de forma pública?

Por eso tus hijos deben saber que no existe garantía alguna de que cualquier información, foto o vídeo que compartan en las redes sociales quedará en privado, y que siempre existe el peligro de que esa información, imagen o vídeo, sean mal usados por terceras personas. Lo que llega a Internet, no desaparece nunca.

El conferencista contó una realidad actual, que muchos adolescentes juegan a retarse en las redes a quién cuelga el vídeo o la foto más atrevida o sexual, entonces un chico se muestra semidesnudo en la ducha, otro se saca toda la ropa, otro se masturba, y otro se filma teniendo relaciones sexuales.

Mi vida fabulosa en las redes

Una de las características del uso de las redes sociales es que todo lo que comparte la gente es lindo, es feliz, es maravilloso. Entonces se comparten imágenes o vídeos de viajes a sitios increíbles, de alegres reuniones sociales, de fiestas a todo dar, de matrimonios inolvidables, graduaciones, nacimiento de hijos, bautizos, etc, que hace parecer que los protagonistas tienen vidas envidiables.

Aunque eso no fuera así al 100%, eso es lo que se ve, y eso genera dos reacciones en la gente: la idea de que uno debe presentar o exponer solo lo bonito, y la tendencia a desear lo que otros viven o tienen. En las redes sociales siempre existe la tendencia a hacer comparaciones entre la vida de los demás y la de uno mismo.

Y esto también afecta a los chicos. El conferencista afirmó que existen estudios que han demostrado que los niños y adolescentes que pasan mucho tiempo chateando, muestran 14% menos sensación de bienestar general, o sea qué tan bien se sienten con su vida, que tan bien se sienten consigo mismos, o en su relación con su familia, amigos, etc.

Consejos para los padres

Si tu hijo o hija tiene un smartphone y cuentas en las redes sociales, debes asegurarte de:

1. Adiestrarlos en los límites de la privacidad. Para eso hay que empezar por descubrir qué concepto tienen ellos de privacidad. Si privacidad para nosotros los adultos es "A", para tus hijos, puede ser "Z". Es muy importante entender que tus hijos están en proceso de aprender sobre los cuidados que deben tener respecto de su intimidad, su privacidad y su seguridad, y tú debes enseñárselos.

2. Enseñarles que solo deben aceptar contactos que conozcan.

3. Enseñarles que deben utilizar contraseñas fuertes, y que nunca deben utilizar la misma contraseña para las diferentes redes sociales que frecuenten. Esto porque si alguien descubriera la única contraseña usada por tu hijo, tendría acceso a toda la información que compartió en las redes.

4. Enseñarles que no compartan datos personales, ni información sobre su familia.

5. Tener en cuenta que si el teléfono celular de tu hijo tiene activada la opción de "locación", cualquier persona podrá saber dónde está.

Sabiendo todo esto de los peligros de las redes sociales, yo como mamá decidí aún no dar un teléfono celular a mi hija mayor que va a cumplir dentro de poco 12 años. Considero que mientras más alejada de las redes sociales esté, más segura estará, más concentrada en sus estudios estará, y menos probabilidad tendrá que incurrir en comportamientos negativos, como chismorreo o ciberbullying. Ver: Cinco razones para no darle un teléfono celular a mi hija

Pero si ya tus hijos tienen un smartphone, asegúrate de conversar mucho con ellos sobre las precauciones que deben de tener, y no una vez, sino constantemente!. Puede pasar que por imitar a los amigos y amigas, o por simple presión social, quieran aventurarse a hacer cosas que los expongan a los peligros de las redes sociales.

Les dejo dos vídeos sobre el tema:

El riesgo de las redes sociales

El peligro de las redes sociales



viernes, 7 de abril de 2017

Doce maneras de ser una mamá mala

¿Alguna vez tu hijo te ha dicho rojo de cólera que eres mala? ¿Qué sentiste? ¿Como si te dieran una bofetada? ¿te sentiste muy mal? Tan solo no querías que tu hijo siguiera enganchado a los vídeojuegos, o no querías que comiera la enésima bolsa de papas fritas, pero déjame decirte, no eres mala, solo eres una mamá responsable.

mamá corrigiendo a hija
Pinterest
El otro día me topé con un vídeo titulado "12 maneras de ser la madre más mala del mundo", de la página Familias.com. Obviamente era un titulo súper llamativo, y me dije a ver, vamos a ver si caigo en la categoría de mamá mala. Y así fue!

Una de esas maneras de ser mala era hacer que los niños vayan temprano a la cama, y otra que ayuden en las tareas domésticas, entonces claro está que esto de ser mala es desde el punto de vista de los hijos, porque desde el punto de vista de las madres, no cabría llamarlas malas sino mas bien mamás con sentido de responsabilidad.

No recuerdo que mis dos hijas mayores me hubieran dicho mala alguna vez, pero la chiquitina de 3 años me dijo mala el otro día, aunque como una bromita, así como me dice mamá loca, Ver: Ay mamá loca y mirándome con una carita de picardía como queriendo ver cuál era mi reacción.

Pero hay niños que gritan mala a sus mamás con verdadera ira, rojos de cólera y con los ojos desorbitados cada vez que sus mamás se ponen firmes y no les permiten hacer algo que ellos quieren.

Esto generalmente pasa cuando los niños son pequeños y no tienen control de sus emociones, entonces gritan lo primero que se les viene a la mente. "¡Mamá tonta y mala! escuché decir una vez a un niño de unos 4 años porque no quería salir del patio de juegos y su mamá ya había estado mucho tiempo esperándole y necesitaba llevárselo con urgencia a otra parte.

Pero hay otros niños que gritan cosas más feas en sus crisis de ira, como "¡te odio!, o ¡te voy a matar!

Son cosas cotidianas en la vida de cualquier mamá, el punto es entender que el que tus hijos te digan mala o cosas peores no significa que sea verdad. Hay cosas que a ellos los niños nunca les van a gustar por sentir que les malogras un momento o entorpeces su diversión, y lucharán contra tus decisiones o reglas. Pero en nosotras está enseñarles que lo que hacemos es pensando en ellos, pensando en su bienestar, o en su seguridad, o en su formación como persona.

Entonces, ¿cuáles eran esas 12 maneras de ser mamás malas según este video que les comenté? Aquí van:

1. Haces que tus hijos se acuesten a una hora razonable o adecuada para su edad

Si tu hijo de 8 años quiere seguir viendo televisión pasadas las 9 o 9:30 de la noche, pero tiene que levantarse a las 6 am para ir al colegio, ¿cómo podrías dejarle que siga viendo televisión? No hay forma. Me confieso como una mamá mala, malísima!. En cuestión de horario de dormir soy tajante, y entre lunes y viernes acuesto a mis hijas mayores a las 8 de la noche como máximo porque deben levantarse antes de las 6 de la mañana para poder llegar a tiempo al colegio. A la edad que ellas tienen, 9 y 11 años, necesitan 10 horas contínuas de sueño. Garantizarles esas 10 horas de descanso significa que despierten frescas y descansadas y que puedan rendir bien en el colegio. Además, un reparador descanso repercute positivamente en el crecimiento de los niños ya que está demostrado que la hormona del crecimiento se activa durante la noche específicamente durante el sueño profundo. Sin embargo, he notado con asombro que los niños duermen en estos tiempos muchas menos horas de las que les correspondería para su edad, pero ese será tema de otro post.

2. No les sirves postre todos los días

Hay familias que acostumbran servir el postre después del almuerzo como regla general todos los días. No es mi caso. Comer postre es más bien lo inusual o solo para días y ocasiones especiales. ¿Por qué no hacerlo todos los días? No lo explica el vídeo que menciono, pero a mi parecer es porque guardar el postre solo para ciertas ocasiones lo hace especial, si se sirve todos los días deja de serlo. Un niño al que le sirvan siempre torta de chocolate, pie de limón, tartaleta de fresa, panqueques con helado, etc, todos los días de su vida, puede llegar a apreciar lo que se le está dando? Segundo, por el tema de la salud, no creo que el consumo diario de postres ayude a mantener a raya el consumo de azúcar, que ya es de por sí alto en nuestro mundo actual, y contribuye con la obesidad.

3. Les haces pagar por sus propias cosas

Esto enseña a los niños el valor de las cosas, les enseña que las cosas no les serán regaladas en la vida, y que siempre tendrán que poner esfuerzo suyo para conseguir lo que deseen, Además, cuando enseñas a tus hijos a juntar sus propinas con la meta de comprarse algo que desean mucho, les estás dando dos lecciones importantes, la primera lo que es el ahorro, y la segunda a tener paciencia -algo de lo que muchos niños y jóvenes carecen hoy en día- ya que al reunir poco a poco sus ahorros hasta llegar a su meta, tienen necesariamente que esperar por el objeto deseado, que es lo opuesto a conseguir gratificación inmediata, como cuando piden algo a papá y mamá e inmediatamente se les da.

4. No les facilitas la vida

Dejar a tus hijos hacer las cosas por sí mismos, dejarlos que se equivoquen, que fallen, y que vuelvan a intentarlo, es la mejor forma de prepararlos para la vida. Hacer las cosas por ellos no les hace ningún favor. El resultado de no facilitar las cosas a los hijos es que se formen como personas autosuficientes, independientes, y seguras de sus capacidades,

5. Les haces hacer cosas difíciles

Esto va en el mismo sentido de no facilitarles la vida. El objetivo es que fortalezcan su carácter y no se amilanen ante los obstáculos que puedan encontrar. El hecho que tus hijos intenten hacer cosas difíciles para ellos y que lo logren, redundará siempre positivamente en su autoestima,

6. Les das un reloj y un despertador

El darles un reloj y un despertador lleva implícito el siguiente mensaje: hazte responsable de tus obligaciones, de tus tareas escolares, de tu jornada diaria, organízate.

7. No te preocupas por comprarles el último modelo de smartphone

En estos tiempos actuales hay una carrera de consumismo increíble, lo que es nuevo y moderno ahora, en cuatro meses ya no lo es más. Entonces tenemos a personas que corren para comprarse el último modelo de teléfono celular apenas sale al mercado, y así también chicos de 13 años que exigen a sus padres la última versión de Iphone o de Samsung, porque sus amigos los tienen, entonces pareciera que creyeran que su valor como persona va asociado al modelo de smartphone que tengan. Ahí los padres tenemos la gran responsabilidad de enseñarles a nuestros hijos que las posesiones materiales no definen quiénes son ellos como personas, sino los valores y principios que tengan.

8. Les dejas sentir las pérdidas

Esto puede ser muy difícil de cumplir, porque las mamás y papás odiamos ver sufrir a nuestros hijos. Cada vez que los ves llorar amargamente por algo, tu instinto es actuar, hacer algo, aliviar su pena y su dolor para que recuperen la alegría, para verlos sonreir nuevamente. Pero realmente ellos no aprenderán nada de la vida, sino les enseñamos a tolerar las pérdidas y a superarlas. ¿Acaso la vida va a ser siempre felicidad permanente para ellos? ¿Tú como mamá vas a estar siempre a su lado para luchar contra las cosas que puedan hacer sufrir a tu hijo? Entonces, si quieres que tu hijo o hija sea en el futuro una persona fuerte, resiliente, capaz de caer, secarse las lágrimas y levantarse para seguir adelante, tienes que enseñarle desde ahora. Si se muere la mascota de tu hijo, piénsalo bien, y no corras a comprarle otro animalito de inmediato para que se consuele. Si el entrenador de fútbol no lo eligió para formar parte del equipo, no vayas a rogarle para que reconsidere e incluya a tu hijo. Dale la oportunidad de hacer su duelo, y recuperarse de la pérdida, le estarás haciendo un gran favor.

9. Tomas control de la tecnología que usan

Súper importantísimo estar atenta al uso que hacen tus hijos de la tecnología, especialmente si son muy chicos. Actualmente hay niños que a los 8 o 9 años ya tienen un smartphone de uso personal. Personalmente me parece que hay más cosas negativas que positivas en permitir que nuestros hijos usen indiscriminadamente la tecnología de hoy. Ver: Cinco razones para no darle un telefono celular a mi hija Niños que deberían estar corriendo, saltando, trepando, jugando en grupo con otros niños, o haciendo deporte, están enganchados en el teléfono celular o en la tablet, y lo peor de todo es que descuidan sus estudios, se olvidan de hacer las tareas y se apartan de los libros.

10. Les enseñas a disculparse

Aprender a disculparse es parte de la formación de la persona. Reconocer cuando uno se ha equivocado, cuando ha ofendido, o causado un mal a un compañero, y ofrecer disculpas sinceras por ello debe ser una de las lecciones más importantes que podemos dar a nuestros hijos.

11. Cuidas sus modales

Nuestros padres hacían mucho énfasis en enseñarnos modales, en saludar y en despedirnos, en pedir por favor, y en dar las gracias, pero hoy en día la verdad pareciera que no se le diera la debida importancia. Todo el tiempo veo niñas y niños en edad escolar que no saludan, no se despiden, que no piden por favor, sino exigen, y que para colmo no saben agradecer cuando uno ha tenido un detalle con ellos. Verdaderamente lamentable.

12. Haces que trabajen gratuitamente

¿Tus hijos te ayudan en casa? Hacerles hacer tareas domésticas sin necesidad de ofrecerles un premio o un regalo les enseña a ser responsables y fomenta su autonomía.Ver: ¿Saben tus hijos colaborar en las tareas del hogar? Tus hijos deberían ser capaces de hacer algo por tí, su mamá, sin que tengas que rogarles, o sobornarles con algo, sino solo por el simple placer de ayudarte y de sentirse útiles.

Esas fueron algunas de las maneras de educar por las que podrían calificarnos de malas, ¿tú qué opinas? Realmente crees que lo seríamos?

Finalmente les dejo aquí el enlace del vídeo del que les hablé.
12 Maneras de ser la madre más mala del mundo

Hasta la próxima.

Carla