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El psicólogo Juan Carlos Ríos Toce, Director de Aurea, un centro de evaluación psicológica y desarrollo integral, dijo recientemente en una charla a padres de familia, que la primera y más común reacción de los padres cuando les dicen que su hijo está agrediendo a otros niños es la negación, y que no es sino hasta que se les hace entender que su hijo se va a ver beneficiado con un plan de acción para parar el bullying, que se muestran más receptivos a tratar el tema.
"Hay que ser conscientes que hay consecuencias por un lado en la víctima y también en el agresor", dijo Ríos. "En la persona que agrede pueden haber también consecuencias porque empieza a tener una conducta de poca adaptación a la sociedad que se puede ir incrementando con el tiempo, o porque (el bullying) es el reflejo de una falta de adaptación, una falta de seguridad, una falta de conducta saludable".
Ríos señaló que hay que tener en cuenta que no todos los casos de agresión son bullying. Que un día un niño golpee a otro porque tuvieron diferencias durante un partido de fútbol, o que en una ocasión una niña le diga tonta a otra y la haga llorar no puede calificarse necesariamente como bullying. Para que un caso de agresión sea considerado bullying tiene que cumplir dos características: tiene que ser repetitivo a lo largo del tiempo, y tiene que existir una real intención de dañar psicológicamente, verbalmente o físicamente.
¿Cuáles son los factores que pueden influir en que un niño se convierta en agresor?
Ríos dijo que existen una serie de factores que podrían condicionar el hecho de que un niño se convierta en agresor, y tienen que ver con su personalidad, con su entorno, con su historia de vida y sus vivencias.
-La Personalidad: Esta viene definida por el temperamento y el carácter, donde el primero es una característica innata, biológica, y el segundo está condicionado por el entorno en el que nos desenvolvemos. Así, un niño o adolescente puede ser por temperamento extrovertido, egocéntrico, irascible, impulsivo, y por carácter, puede tener baja tolerancia a la frustración, falta de empatía con sus semejantes, además que no se siente valioso, o no se siente valorado, y además no recibe un buen trato o no ha desarrollado buenos hábitos y/o valores. Todos estos aspectos podrían influir en que se configure el perfil de un agresor.
-Entorno y ambiente: Las vivencias en el entorno familiar o en el círculo de amigos, o en el entorno social condicionan también la aparición de conductas agresivas. Si el niño o adolescente es hostigado dentro de su familia, por ejemplo por sus hermanos, podría replicar esa conducta hacia otras personas más débiles.
-Medios de comunicación: Es un hecho que los dibujos animados que nuestros hijos ven en la televisión actualmente no son los mismos de nuestra época. Los dibujos animados en la actualidad tienen un fuerte componente de antivalores como la violencia, el egocentrismo, la rebeldía, la falta de respeto. Lo mismo ocurre con los videojuegos y en el espacio de las redes sociales. La influencia que estos medios tienen en los niños es muy grande ya que suelen aprender comportamientos negativos por imitación.
¿Qué hacer si mi hijo está agrediendo?
Descubrir que el hijo de uno es un niño agresor suele ser algo muy duro para los padres, dijo Ríos, ello porque llegan a comprender que detrás de ese comportamiento agresivo existe un niño que no es seguro ni feliz, y que no está aprendiendo buenas habilidades sociales.
Esto es lo que los padres deben hacer para ayudar a su hijo:
1. No negar el bullying.
2. Evitar reacciones violentas o de enojo.
3. Evitar a toda costa que vuelva a agredir.
4. No satanizarlo.
5. Establecer un plan claro de acción.
6. Escucharlo.
7. Reforzar la relación que se tiene con el niño.
8. Practicar juego de roles para enseñar la empatía, que se ponga en el lugar del otro.
9: Si no se puede manejar la situación buscar ayuda profesional.
¿Cómo apoyo a mi hijo si es la víctima?
El bullying deja en los niños víctima muchas consecuencias que van desde lo físico, cuando son golpeados, consecuencias emocionales como el surgimiento del temor, miedo de salir de casa, miedo a ir al colegio, consecuencias escolares, porque se produce un descenso en su rendimiento, así como consecuencias en su estado de ánimo.
Ríos planteó las siguientes acciones si descubres que tu hijo es víctima de bullying:
1. Darle soporte.
2. Que se sienta protegido.
3. Escucharlo, fortalecerlo interiormente, por ejemplo, trabajar en la propia valoración, y tratar de eliminar en el niño la ansiedad por pertenecer a un grupo.
4. No sugerirle parar al agresor con violencia.
¿Qué hacer si mi hijo está en el grupo de los observadores del bullying?
El grupo de observadores lo compone la mayoría de niños, y ellos pueden marcar la diferencia para parar el bullying. Por ello hay que darles las siguientes pautas:
1. Concientizarlos a que frenen el bullying.
2. Hacerles entender que no hacer nada o quedarse callados no les hace bien "humanamente" hablando.
3. Hablar sobre que no es fácil remar contracorriente, pero se puede dar el ejemplo.
4. Que no refuercen las conductas negativas quedándose como espectadores.
El bullying ha existido siempre pero es en décadas recientes que se habla mucho del tema y que llegan a nosotros desde los medios de comunicación noticias sobre casos trágicos de niños o adolescentes que no pudieron soportar el maltrato que padecían y optaron por suicidarse. Lo peor de todo es que sus padres no sabían que eran víctimas de bullying porque los niños no les revelaron qué es lo que estaban padeciendo, y sus pobres padres no tuvieron la oportunidad de ayudarles.
Creo que es importante que todos los padres podamos estar alertas a las señales de probables casos de bullying. Por ejemplo, si es nuestro hijo o hija que llega del colegio triste y ensimismado, o también si escuchamos que nuestro hijo habla repetidamente de haber presenciado maltratos a un compañero, o si escuchamos a nuestro hijo alardear de haber molestado o golpeado a un amigo.
Es mi opinión personal que los padres de un posible niño agresor tienen un papel clave para parar el bullying y la iniciativa y decisión que tomen en el tema marcará la diferencia. Si alguna vez a tí, padre o madre, te dicen que tu hijo está agrediendo, no lo tomes como una acusación personal.
Antes de decir cosas como: "No puede ser, mi hijo es un niño buenísimo, no creo que esté maltratando a un compañero", o "No, están malinterpretándolo", o "Todos los niños se fastidian unos a otros, es normal", escucha, ata cabos, investiga, seguro tú mismo llegarás a la verdad. Luego será el momento de tomar acciones inmediatas, no solo por el bien de tu hijo, sino también por el de los demás niños. Todos los padres estaremos agradecidos.
Ríos concluyó la charla con estos consejos finales para prevenir que nuestros hijos se vean inmersos en situaciones de bullying:
1. Amar a nuestros hijos, y expresarlo con demostraciones físicas de afecto.
2. Darles tiempo.
3. Mejorar su autoestima.
4. No gritarles.
5. Actuar con firmeza y afecto.
6. Dar ejemplos de conducta.
7. Enseñarles que el camino de la verdadera amistad es mejor que el de la agresividad y el egoísmo.
8. Hacerles sentir que valen.
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