lunes, 18 de abril de 2016

De viaje sin hijos (Parte 1)

Todos los que tienen hijos saben que viajar sin ellos es una cosa y hacerlo con ellos es una historia muy diferente. Especialmente cuando ya no son bebés. Llevar bebés de meses de viaje es más o menos fácil, tranquilo. Le das de comer, lo bañas, lo vistes, le cambias de pañal, lo haces dormir, etc, todo dentro del programa de viaje que has ideado con anticipación.

De viajes sin hijos (1)

Cuando son grandecitos ya no es lo mismo. Aún recuerdo la rabieta que hizo mi hija mayor, de entonces 1 año y 5 meses, cuando llegamos a lo alto de la pirámide de Teotihuacán, en México, todo por algo relacionado con una botella de agua. Ella quiso abrirla y tomar por sí misma agua de la botella, pero yo no la dejé hacerlo para que no se echara todo el agua encima. Eso fue todo, y todo lo que recuerdo es llanto a todo pulmón. No nos dejó disfrutar de la hermosa vista panorámica que se tenía desde arriba de toda la ciudad.

Y luego, cuando estuvimos en la famosa Riviera Maya, no hubo un momento en que pudiera echarme en la poltrona para tomar el sol tranquila, disfrutando de una bebida helada, y de la contemplación del mar azul turquesa. Ni hablar! Cada dos por tres, tenía que levantarme para correr detrás de la bebé porque se iba adonde quería. A esa edad son imparables.

En verdad en ese viaje me sentí muy frustrada, porque recordaba los viajes en pareja que hicimos mi esposo y yo antes de tener hijos, en los que la pasábamos tan bien a la orilla del mar, conversando, leyendo, durmiendo la siesta, sin preocupaciones.

Ahora que mis hijas mayores ya están grandes, obvio que ya no hacen pataletas cuando viajamos, pero sí nos la ponen difícil de otra manera: se quejan de todo!. Apenas nos subimos al carro para hacer un trayecto largo, empiezan, especialmente la de 8 años: "Mamá, ¿cuánto falta para llegar?", "A qué hora llegamos?" "Estoy aburrida", "Mamá, ¿qué puedo hacer?", "Esto no es divertido", y otra vez ¿Cuánto faltaaa?", cada dos minutos. Para sacar de quicio a cualquiera!.

Y cuando estamos en una ciudad nueva y mi esposo y yo queremos recorrerla caminando, pasado un rato de paseo, ellas empezarán "¿a qué hora regresamos al hotel?". Recuerdo la vez que llevamos a mis hijas a Disneyworld. Habíamos planificado una semana de visitas a los parques de diversiones. Era el sueño hecho realidad de mi hijita mayor. Pero al tercer o cuarto día, ella, que entonces tenía 7 años, preguntó en la mañana cuando nos estábamos alistando para salir, "Adonde vamos ahora?", "A un parque", le dije. "Otra veeez??!!!", estalló. "Todos los días parques, parques, y parques!!". Y yo que pensé que ella estaba disfrutando mucho el viaje, pero no, ella quería quedarse en la piscina del hotel!.

Yo disfruto mucho de caminatas y paseos maratónicos cuando viajo, Esos que empiezan a las 8:30 de la mañana y terminan a las 10 de la noche. Pero ¿hacerlo con hijos? Ni soñando. No creo que exista una niño o niña que soportara una jornada así.

Entonces, ¿qué haces si quieres viajar ligero de equipaje? (entiéndase, sin niños). Bueno, todo empieza con mucha planificación. Cuando eres soltera, o casada sin hijos, solamente te basta hacer tu maleta, subirte al auto o dirigirte al aeropuerto, y listo, ¡a disfrutar!. Cuando ya tienes un hijo, hay una y mil consideraciones que tomar en cuenta al dejarlo en casa. Desde quién se ocupará de él mientras no estás, quién lo llevará al nido o al colegio, quién lo atenderá en las noches si acostumbra despertarse, y piensas, ¿estará listo ya para quedarse sin mí?. ¿Le afectará?

Antes de convertirme en mamá, una amiga muy cercana me contó que cuando se fue de viaje con su esposo, por 12 días aproximadamente, y dejaron a su bebé de un año y 3 meses al cuidado de los abuelos, la experiencia dejó a su hijito afectado. Y encima de eso, mi amiga y su esposo se dieron con la sorpresa al retornar de que su hijito ya caminaba. ¡Se habían perdido de ese momento tan especial que es ver cuando tu bebé da sus primeros pasos!

Conociendo esa experiencia de mi amiga, yo me propuse nunca dejar a mi hijita siendo tan pequeña. Se me ocurrió que antes de los dos años de edad no sería adecuado, porque había escuchado decir a especialistas que un bebé hasta los dos años se siente como parte de su madre, y que a partir de esa edad es que empieza a desarrollar más independencia.

Entonces así lo hice. Cuando mi hijita mayor cumplió dos, mi esposo y yo planificamos viajar solos por primera vez desde su nacimiento. La dejamos con mis padres, ellos se mudaron temporalmente a mi casa durante nuestra ausencia. A nuestro regreso, la encontramos muy bien. Ella no nos extrañó demasiado, con eso quiero decir que no dio muestras de que la nostalgia por sus papás la afectara. No se puso llorona, no hizo rabietas, no nos buscaba o llamaba. Parece que con los abuelitos se sintió contenta y feliz.

Con la segunda de mis hijas, fue igual. Antes de que tuviera dos años, no me separé de ella para nada. Y cuando por fin mi esposo y yo decidimos viajar a algún lugar, ella se quedó tranquila en la casa, con su hermanita mayor y sus abuelos.

Y ahora es el turno de la tercera! Ya tiene dos años y medio, pero ella es un poquito diferente que sus hermanas mayores, extraña más, siente más mi ausencia cuando no estoy en la casa. Así que para mí es una incógnita el cómo sobrellevará nuestra ausencia durante este viaje de solo dos días y medio.

Hoy mientras ella desayunaba, le dije: "Papá y yo vamos a ir en avión" e hice con mi mano la imitación de un avión despegando. Ella miró interesada y preguntó: "Avón ¿mi?", Quería decir si ella también iba a ir en el avión. Ooops, pensé y tragué saliva. "No", le respondí, y ella hizo un gesto de desilusión y como que iba a ponerse a llorar, pero rápido le dije. "¡Los abuelitos van a venir a la casa!", y felizmente eso la hizo ponerse contenta, y se olvidó del asunto.

Así que espero que todo fluya, que no nos extrañe demasiado, que juegue mucho con sus abuelitos, y que nos reciba a nuestro regreso con una gran sonrisa y muchos abrazos. ¡Ojala! (Continuará).

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