Mi hija de 10 años adora a su hermana menor, y ella a su vez adora a la mayor, y no exagero para nada. Es una relación de hermanas tan bonita, amorosa, de amistad y de complicidad, y no es porque sea su mamá que lo digo. Cuando la segunda de mis hijas empezó el colegio en pre-kinder, la mayor estaba en primer grado y siempre estaba yendo a ver cómo estaba su hermana menor, tanto que esto llamó la atención de la profesora de mi hija de pre-kinder. La maestra me comentó un día: "Qué linda relación de hermanitas tienen, se nota que no existe rivalidad".
Y es verdad, son muy unidas y no son celosas de sus amistades o de sus juguetes. Cuando mi hija mayor tiene amigas de visita en casa, la segunda se integra perfectamente al grupo, sin que la mayor se incomode. Y cuando la de 8 años, recibe a amigas en casa, la mayor también se une al grupo, y lo pasan divino.
Un perfecto ejemplo de que no existe rivalidad entre ellas, lo viví la Navidad que pasó. Mi hija segunda había pedido un skateboard de regalo, y la mayor no. El 25 en la mañana abrieron sus regalos, y la mayor probó el skateboard de su hermana, y le gustó. Algo hablaron entre ellas, y luego escuche a mi hija segunda diciéndome: "Mami, mi hermana también quiere un skateboard!". O sea estaba abogando por la mayor para que también le compre un skateboard!!. Me dejó con la boca abierta. Retrocediendo a mi propia niñez, si yo hubiera sido mi hija segunda, me hubiera dado bronca que mi hermana también quisiera lo mismo que me habían regalado a mi! Y es más, nunca hubiera pedido a mi mamá que también le comprara lo mismo a ella, porque entonces ella iba a tener más regalos que yo, o no? ¿No es así como piensan los hermanos?
Tal vez mis hijas no son tan normales como hermanas. He visto hermanitas pelear como perro y gato, niñas que no pueden compartir amistades con su hermana, más bien la quieren bien lejos de su grupo, niñas que piden exactamente lo mismo que recibió su hermana, y sino hacen pataleta, o niñas que hacen mohín a todo lo que diga o haga su hermana, como si fueran un enorme fastidio que tienen que tolerar.
Siempre he creído que la rivalidad entre hermanos la fomentamos los padres, cuando sin querer quizás, expresamos favoritismo por alguno de nuestros hijos, o a veces ni siquiera es eso, sino que no cuidamos nuestros gestos, y a ojos de nuestros hijos le prestamos más atención o damos más cariño a uno de ellos. Los celos entre hermanos no tienen edad. La puede sentir el bebé de dos años que acaba de ser destronado por su hermanito recién nacido, o el de 10 años que siente que toda la atención de la familia se la lleva la hermanita de 3.
Yo quiero acá compartir algunos tips para evitar que los celos malogren una relación de hermanitos o hermanitas, para que crezcan queriéndose entrañablemente y no rivalizando por el cariño de papá y mamá.
2. Evita que se formen en tu familia duplas no intercambiables. Por regla general el bebé de la casa se apega a la mamá, eso deja al mayor en el aire, entonces busca pegarse al papá. Pero procura romper estas duplas. Si tu hijo o hija menor no quiere soltarte cuando salen a pasear, hazle entender que papá también quiere estar con él o ella, y cambien posiciones, tú lleva o camina con tu hijo o hija mayor y el papá con el pequeño. Si un hermano o hermana mayor ve que su mamá siempre está pegada del menor, siempre lo carga cuando salen de compras o siempre lo lleva de la mano, puede sentir que es menos importante para ella.
3. No hagas mimos excesivos al hijo menor enfrente del mayor. A las mamás nos provoca siempre comernos a besos y apapachar hasta el cansancio a los bebés de la casa! Pero es mejor dejar esos momentos para cuando estás sola con tu hijo o hija menor, y no hacerlo enfrente del hermano o hermana mayor. Para los hijos mayores el ser testigos de los mimos que prodigamos a los hijos menores despierta instantáneamente los celos. En mi caso ésta es una de las principales reglas que yo misma me impuse, y si por alguna razón se me escapaba un cariño, un mimo, a la menor de mis hijas estando presente su hermana, de inmediato hacía lo mismo después con la mayor.
4. No compares a tus hijos. No hay nada que fastidie más a los niños que los comparemos con sus hermanos. Destierren frases como: "Mira cómo tu hermanito come toda su comida solo y tu, nada". "¿Por qué no eres ordenada como tu hermana?", ¿Por qué no haces tus tareas como tu hermano? etc.
5. Se equitativo con los elogios. Si se te ocurre decir algo lindo de uno de tus pequeños, no dejes al otro hermano esperando oir de tu boca algo positivo de él. Si ensalzas las cualidades, habilidades, o virtudes de uno de ellos, entonces de inmediato piensa en algo que puedas decir también de su hermano.
6. No compres todo igual para tus hijos. Aunque ellos pidan el mismo juguete, del mismo tamaño y mismo color, hazles entender que no tiene sentido. ¿Por qué mejor no comprar juguetes diferentes para los dos y así tienen ambos más variedad de cosas para jugar en la casa?. Esto les ayudará a aprender a compartir, algo básico en una buena relación de hermanos. Yo siempre me negué a comprar las mismas cosas a mis hijas. Aunque ellas pidieran la misma Barbie, con el mismo color de pelo, y mismo color de vestido, yo las convencía de que lo mejor era que cada una tuviera una Barbie diferente de su hermana, y así iban a tener más variedades de Barbies. Y esto resultó, ellas no tienen ningún problema en compartir o prestarse sus cosas entre ellas.
7. Acuérdate de darles abrazos a todos tus hijos cada día. Un abrazo cálido es como alimento vital para tus niños, les eleva el espíritu, les llena de alegría, les hace sentirse amados. Y si te provoca y ellos se dejan, apapáchatelos como cuando eran bebés!. Yo lo hago con mis hijas, y no hay nada que disfruten más que volver a ser mis bebitas por unos instantes.
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