viernes, 14 de julio de 2017

Cuatro cosas clave que hacen a los niños felices

Hace unos meses atrás, se me ocurrió hacerle una pregunta seria a mi hija mayor, de entonces 11 años. "¿Eres feliz?". Ella me respondió que sí, y entonces le pregunté, ¿por qué? Pensé que diría algo como "porque tengo una familia, una casa, amigos, un perro...", pero su respuesta, para mi sorpresa, fue más profunda que eso. Me respondió "porque tengo una familia que me quiere, y que me hace sentir amada".

papá e hija - portriplepartida.blogspot.com

Demás decir que se me hizo un pequeño nudo en la garganta, y me sentí feliz, porque si mi hija dice que se siente amada por su familia, entonces sí quiere decir que es feliz de verdad.

Definitivamente deben haber varias cosas que hacen que un niño se sienta feliz, -pero no hablamos de una felicidad momentánea, de esa cuando recibe un regalo, o cuando le celebran su cumpleaños o durante un viaje de vacaciones en la playa- sino de esa sensación de bienestar general con su vida.

Creo que el aspecto más importante, o que pesa más para que un niño se sienta feliz, es sentirse amado por las personas más significativas de su vida, que son su madre y su padre. ¿Y cómo el niño siente este amor genuino, incondicional, incomensurable de sus padres? Bueno, definitivamente no es recibiendo regalos y cosas materiales. Las cosas materiales solo dan felicidad momentánea.

¿Acaso no es común, que cada Navidad, los niños estén súper felices con los lindos y costosos regalos que les hemos dado? luego juegan con ellos un día, o unos cuantos días, y después esos juguetes pasan al olvido?.

Nuestros hijos en cambio sí sienten verdaderamente nuestro amor cuando les brindamos eso que poco nos sobra, y tanto nos hace falta en el mundo de hoy: tiempo. Tiempo para jugar con ellos, para leerles cuentos, para escucharles, para compartir sus actividades favoritas, cine, partido de fútbol, baile, etc; tiempo para abrazarlos, y hacerles cosquillas y reirnos a carcajadas juntos.

Otra manera de demostrarles amor es cuando nos interesamos en sus cosas, en sus inquietudes, en sus gustos. Cuando tu hijo viene a tí con un problema que ha tenido en el colegio, por ejemplo, lo excluyeron de un grupo de juego, y tú le dices "ah, son cosas de chicos, mañana todo va a estar bien", le das una palmadita, y vuelves a concentrarte en tu teléfono celular, no te estás interesando en él.

Los niños de hoy tienen muchos intereses de los que los padres a veces podemos ser ajenos si no estamos hablando constantemente con ellos. ¿Sabes por ejemplo qué youtuber de moda sigue tu hijo en las redes sociales, o qué bloguero es su favorito en Instagram?

Hace unos años descubrí que mis dos hijas mayores, que entonces tendrían 10 y 8 años, miraban vídeos de cuatro hermanas en Youtube, las Haschak sisters, cuatro niñas estadounidenses bastante talentosas que cambian la letra de las canciones de moda y hacen vídeos de ellas cantando y bailando. Por curiosidad, empecé a preguntarles a mis hijas sobre quiénes eran esas niñas, y ellas felices me contaron su vida, obra y milagros. Me dí cuenta que mis hijas disfrutaban de verme a mí, su mamá, interesada en las que cosas que a ellas les gustan.

Lo mismo sucede con las películas. Cada vez que ellas ven en Netflix una película que les ha encantado, me cuentan de qué trata, y me comprometen a verla con ellas. Ya tengo este viernes en la noche separado para ver con mis hijas una película sobre un chico de Marte atrapado en la Tierra!

Y la manera más primordial para demostrarles amor a nuestros hijos son las demostraciones físicas de afecto. ¿Cuántas veces al día abrazas a tus hijos? Hace poco ví un vídeo donde un especialista recomendaba dar a cada uno de nuestros hijos 12 abrazos diarios.

El afecto físico de los padres es como un bálsamo de felicidad para los niños. Hace varios años lo comprobé cuando mis hijas mayores eran pequeñas. En ese entonces yo trabajaba a tiempo completo fuera de casa y a veces notaba a mis hijas malhumoradas, prestas a la pataleta y al berrinche, o un poco desobedientes, entonces opté por prodigarles abrazos, y notaba que eran como magia! De pronto mis enanas se notaban más contentas, más felices, menos rebeldes, más fáciles de llevar.

Pero aparte de la fuente de felicidad que podemos ser los padres para nuestros hijos, hay otras tres cosas que hacen a los niños felices y son:

- Tener amigos. Compartir juegos, vivencias, aventuras y confidencias con los amigos son cosas muy gratificantes para los niños. Tener un grupo de amigos y sentirse valorado y querido en él contribuye a su sensación de felicidad.

- Tener confianza en sí mismo y en sus capacidades. Esto está vinculado con el tener una buena autoestima, si el niño se sabe capaz de resolver problemas, de adaptarse a diferentes situaciones, y de salir airoso de situaciones difíciles, crecerá su sensación de bienestar general. Pero para esto los padres tenemos que darles espacio para que puedan ganar autonomía.

- Tener un talento o habilidad. Cuando un niño cultiva un talento, hace esfuerzos por perfeccionarlo, aprende de sus errores, practica la disciplina, y finalmente logra tener éxito, logra al mismo tiempo una sensación de felicidad, que aumenta también cuando obtiene reconocimiento por sus logros.

Edward Hallowell es un psiquiatra y conferencista, autor del libro "Las Raíces infantiles de la Felicidad Adulta", en el que señala que los mejores indicadores de la felicidad futura son internos no externos, es decir están dentro de uno mismo, no en las cosas materiales que pueda uno tener. De ahí la importancia de darles herramientas a nuestros hijos para que puedan construir esos recursos internos que les servirán en su vida adulta.

Hallowell advierte que aquellos niños mimados, que reciben todas las cosas materiales que puedan desear, y a los que se protege de cualquier incomodidad emocional, son más propensos a convertirse en adolescentes aburridos, cínicos e infelices.

En 2013, la Unicef condujo un estudio sobre la felicidad en los niños, y encontró que los niños holandeses eran los que mostraban mayor bienestar y felicidad. A raíz de ese estudio, dos madres, Rina Mae Acosta y Michele Hutchison, casadas con hombres holandeses, se unieron para escribir un libro y analizar el por qué los niños holandeses parecen ser más felices.

En su libro "Los niños más felices del mundo: la crianza al estilo holandés" ellas concluyen que básicamente hay 6 razones que explican esa felicidad de los niños holandeses.

1. Los niños holandeses siempre toman desayuno con sus padres. El desayuno es el ritual ineludible del hogar.

2. El tiempo es más valioso que el dinero. Los padres holandeses no suelen hacer costosas fiestas de cumpleaños a sus hijos, sino celebraciones sencillas, y es usual comprar juguetes de segunda mano para los niños.

3. Los niños holandeses van al colegio en bicicleta. Es una actividad que propicia la autonomía de los hijos.

4. Se le da mucha importancia al juego libre de los niños. No hay supervisión constante de los padres. Además no importa que llueve o truene, los niños siempre van al parque a jugar.

5. Los papás pasan más tiempo con sus hijos. El gobierno holandés tiene políticas para que la crianza no solo sea responsabilidad de las madres. Por ejemplo, instauró los "días sin paga" de los papás, así ellos pueden pasar más tiempo con sus hijos y repartirse la responsabilidad de la crianza con sus mujeres.

6. No hay exámenes ni tareas escolares en la escuela primaria. ¿Qué niño no sería feliz con esto?!

Lo que más deseamos las mamás es que nuestros hijos sean felices, que crezcan amados, que logren sus sueños y que se sientan satisfechos con las vidas que construyan. Pero para ello debemos sentar en el hogar las bases de su felicidad presente y futura, una felicidad interna y sólida, diferente de aquella felicidad efímera y temporal que solo dura lo que dura el deseo por un juguete nuevo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario