miércoles, 10 de agosto de 2016

Atentas mamás al ruido excesivo en las fiestas infantiles

Para nadie es novedad que vivimos en un país muy bullicioso, característica que compartimos las sociedades hispanohablantes, donde el ruido fuerte o la música muy alta es sinónimo de alegría y diversión. Eso implica que en todo espectáculo o fiesta que aspire a convertirse en un éxito no puede faltar nunca música al más alto volumen.


Niña tapando sus oidos - Portriplepartida.blogspot.com

Lo vemos en las discotecas, en los bares, en las fiestas privadas, en las salas de cine, en las salas de teatro, y también por supuesto en las fiestas infantiles. Y quiero referirme a éstas últimas. Ocurre siempre en estas fiestas de cumpleaños que las empresas encargadas de hacer el show ponen el sonido excesivamente alto.


Entonces tenemos a las animadoras del show gritando con sus voces agudas, y ya de por sí chillonas, en los micrófonos que llevan pegados a la boca, cuando el equipo de sonido está con el volumen a todo dar, y los parlantes enormes apuntando en dirección hacia el público infantil.


Y no es todo, sino que las animadoras suelen hacen concursos de quién grita más fuerte, "los niños o las niñas, a ver!!", "a la 1, a las 2 y las 3!", y los enanos se desgañitan dando alaridos que llegan hasta la estratósfera. ¿Cuántos decibeles marcaría en esos instantes un sonómetro? Estoy segura que demasiados.


He visto varias veces niños pequeños tapándose los oídos en medio de los shows porque el nivel de sonido ya rayaba en lo doloroso. Yo misma he sentido que los oídos me dolían cuando presenciaba el show en alguna fiesta infantil, y obviamente opté por alejarme y alejar a mi hija de 2 años del ruido.


Pero antes, y lo he hecho varias veces, me he acercado al encargado de manejar el equipo de sonido para pedirle que baje el volumen, pero apenas lo reducen un mínimo y el ruido sigue siendo muy alto. La última vez, la encargada del sonido respondió ante mi pedido, "ya, ya, ya, señora", con un poco de fastidio, lo que me hace pensar que no era la primera vez que alguien se había quejado del ruido excesivo, y probablemente esta señorita pensó "ay, otra mamá que solo busca fastidiar por tonterías".


Y por supuesto que no me hizo caso, la música siguió en volumen altísimo, y no me quedó otra, como siempre hago, de apartar a mi hija y llevarla a jugar a otra área de la fiesta. ¿Era necesario poner la música a tan alto volumen en un espacio cerrado? Por supuesto que no.


Y no solo existe este problema en las fiestas infantiles, también en las salas de cine el volumen es muy alto, y lo mismo en algunas salas de teatro. Recuerdo que cuando mis hijas mayores eran pequeñas, las llevé un par de veces a ver un musical infantil, y el volumen de la música en el teatro era tan insoportablemente alto, que mi esposo y yo apenas pudimos soportarlo. Nunca más volvimos a llevar a mis hijas a ese lugar.


Los bebés y niños pequeños son los más perjudicados cuando se los somete a ruidos intensos por encima de lo saludable. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite de ruido aceptable para la salud es 55 decibeles. Niveles mayores de ruido son perjudiciales para nuestros oídos, y aún más para los oídos de los bebés y niños que son más delicados por el poco espesor de su cráneo.


Para que tengas una idea de la intensidad del ruido a la que estamos expuestos, muchas avenidas muy transitadas en nuestra ciudad, exceden los 85 decibeles. Una conversación normal entre dos personas alcanza entre 50 y 60 decibeles, una aspiradora en funcionamiento, 90 decibeles, y el umbral del dolor para nuestros oídos es 120 decibeles.


El Centro de Control de Enfermedades y Prevención de Estados Unidos estima que alrededor de 5,2 millones de niños estadounidenses expuestos repetidamente a ruido alto presentan ya cierto grado de pérdida del oído, por eso ha exhortado a los padres a tomar medidas para prevenir esto, como: bajar el volumen del televisor, del equipo de música o la computadora, y limitar la asistencia de bebés y niños a sitios donde haya volumen extremadamente alto y por tiempo prolongado.


Incluso recomienda a los padres y madres probar, antes de comprar, los juguetes que emiten sonidos altos y agudos. Algunos juguetes musicales, carros con sirenas, muñecas que hablan, etc, emiten sonidos de incluso 90 decibeles. Si el sonido que emiten estos juguetes te parece incómodo o hiere tus oídos, entonces también herirá los oídos de tu bebé.


Lo grave en el caso de los bebés es que ellos no pueden protegerse de un ruido que les resulta incómodo, como sí lo puede hacer un adulto alejándose de la fuente de ruido, por eso ellos son más vulnerables.


¿Cómo se produce el daño auditivo? 


Este daño se produce cuando las células ciliadas, que existen en un órgano llamado cóclea que se encuentra en el oído interno, se deterioran por la exposición a un ruido sumamente fuerte como un disparo, una bombarda, o por exposiciones prolongadas a ruidos intensos. Estas células ciliadas son las que reciben las vibraciones del sonido, lo amplifican y lo traducen en impulsos eléctricos que llegan al nervio auditivo. Lamentablemente el deterioro de las células ciliadas es irreversible.


¿Cuáles son los límites de exposición a sonidos fuertes?


El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos ha establecido cuáles son los límites de exposición al ruido según sea su intensidad para prevenir daños en el oído. Por ejemplo, el ruido en avenidas muy transitadas o en una cafetería escolar llega a 85 decibeles, y el máximo tiempo de exposición en ese caso debe ser 8 horas.


Un ambiente donde el ruido alcance los 100 decibeles, como un taller donde se usen motores y máquinas, es solo seguro por 15 minutos, un dispositivo portátil personal, que emite 105 decibeles, lo es solo por 5 minutos, y un concierto de rock donde el ruido llega a 110 decibeles, solo es tolerable sin causar daño 1,5 minutos.


Así que sabiendo todo esto mamás, y a riesgo de que me tilden de aguafiestas, yo seguiré insistiendo con los encargados de los shows infantiles en las fiestas de cumpleaños para que reduzcan el volumen de sus equipos de sonido. Si no protegemos a nuestros bebés y niños ¿quién más lo va a hacer?.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario