viernes, 23 de junio de 2017

Guía para entender y conectar con tu hijo púber

Llegas al colegio para recoger a tu hijo de 12 años y apenas él entra al auto empieza a recriminarte fuertemente de por qué llegaste tarde, que tuvo que esperarte mucho tiempo solo y que estaba muy aburrido. Tú, que no has tenido el mejor de los días, reaccionas, qué a quién cree que está hablándole así, eres su madre, no vas a tolerar faltas de respeto. y empieza la pelea diaria con tu hijo púber.

niño púber - portriplepartida.blogspot.com

¿Te suena familiar? La pubertad es una etapa de grandes y veloces cambios para los chicos. El niño cariñoso y dócil que era tu hijo pasa a convertirse en un chico gruñón, que te cuestiona todo el tiempo, que te grita, o vocifera cuando algo no le gusta o no resulta lo que él quiere, y lo peor de todo es que pareces ser siempre tú, su mamá, contra quien dirige toda su agresividad.

Como es natural, esta etapa nos genera mucho estrés las mamás, y a la vez es una etapa de duelo para nosotras, porque ¿qué madre no siente tristeza de que su bebé, su chiquito, crezca? A la vez, para los chicos también es una etapa de duelo por dejar atrás la niñez, y además una etapa de mucha ansiedad por los muchos cambios a todo nivel que están viviendo.

Hormonalmente, el cuerpo de nuestros hijos experimenta una revolución, y todos sabemos cómo se manifiesta esto, subibajas emocionales y cambios repentinos de humor, sino recordemos lo que vivimos durante el embarazo. Entonces no es raro ni anormal que tu hijo púber sufra de malhumor o muestre hostilidad o enojo, y que tu hija púber tenga crisis emocionales de llanto por cualquier cosa.

Para las niñas los cambios físicos son más marcados, desarrollo de las mamas, crecimiento del vello púbico y axilar, en los chicos los cambios son más sutiles, pero en general en esta etapa los chicos de ambos sexos sienten angustia, tienen menos tolerancia a la frustración, y están mucho más sensibles.

Hace unos días, tuve la oportunidad de participar en una reunión de mamás del salón de clases de mi hija de sexto grado, con la educadora Andrea Palacios ** de #MadresDeHoy, para que nos hablara de esta etapa de la pubertad, para que pudiéramos entender por lo que están pasando nuestros hijos y para darnos herramientas para conectar mejor con ellos.

La charla fue excelente y he tratado de resumir en este post las recomendaciones que nos dio Andrea.

¿Cómo debemos actuar como mamás ante los constantes cambios de humor u hostilidad de nuestros hijos púberes?

Lo primero es entender que la hostilidad o agresividad que tu hijo pueda mostrar hacia tí, no es un tema personal, sino que está motivado por este gran cúmulo de cambios, que produce en ellos inseguridad y ansiedad.

Normalmente una mamá a la que su hijo le contesta o le habla feo, se siente atacada, por consiguiente se enoja, le recrimina su rebeldía o su agresividad, "¿por qué estás así? "¿por qué estás tan rebelde?", "¿por qué me contestas de ese modo?" y lo único que se logra con eso es iniciar una pelea.

Ese "por qué..?" hay que desterrarlo de nuestro vocabulario cuando hablemos con nuestros hijos, nos recomendó Andrea, porque los chicos no pueden responder a ese por qué, ya que no entienden lo que les pasa. Lo que debemos hacer es evitar dirigirnos a ellos con enojo sino empatizar con ellos: "Amor, háblame con respeto, vamos a conversar, te veo rabioso, te veo fastidiado, ¿qué pasó?"

Otras veces tu hijo puede estar triste o angustiado por algo que le pasó, ya sea porque obtuvo una nota desaprobatoria, o no lo eligieron para formar parte del equipo de fútbol, y esa angustia se transforma en rabia cuando llega a casa, que es su zona de confort, y esa rabia termina dirigiéndola hacia mamá.

¿Y por qué a mamá? Porque mamá es su ancla, porque todo niño cuando está angustiado se refugia en mamá, pero en un púber esa angustia se manifiesta como rabia, y la dirige hacia su madre. Entonces un chico púber no necesita una mamá que le haga frente, que le recrimine, sino una mamá que lo contenga, y que le ayude a entender sus frustraciones y sus angustias.

La mayoría de mamás, sin embargo, reacciona airada ante la hostilidad del hijo, reclama respeto, amenaza con castigarlo quitándole el teléfono celular, por ejemplo, pero eso no le ayuda al chico a procesar la rabia. Lo que tenemos que hacer las mamás es dar a nuestros hijos herramientas para botar esa ira que llevan dentro.

Andrea recomendó ignorar el enojo o agresividad del hijo, o el ¡ay mamaaá!" con volteada de ojos de la hija, no darnos por enteradas. También escoger el mejor momento para interactuar. Si siempre que recoges a tu hijo del colegio, lo encuentras frustrado y alterado, mejor no buscar iniciar una conversación en ese momento.

Si el chico o la chica reclama que se le ignora, decirle en forma calmada "no, no te estoy ignorando, sí te estoy escuchando, pero de esta manera no puedo hablar".

Si una ha tenido un día pésimo, y el hijo está alterado, evitar entrar a una discusión: " Ahora estoy de mal humor, y no quiero escuchar gritos ni reclamos, he tenido un mal día, hablamos en la casa, cuando me sienta más calmada".

Así también, dice Andrea, les damos el ejemplo de no entrar en discusiones cuando estamos con la cabeza caliente, sino que postergamos el momento para cuando ya estamos más tranquilas.

"Si yo como mamá me regulo en mis emociones, mi hijo también se irá regulando", dijo Andrea, la clave es ser un modelo constante para él.

El otro aspecto importante es que hay que dar alternativas o herramientas a nuestros hijos para que puedan liberar la rabia contenida. Con enojarnos con ellos, con decirles no me vuelvas a hablar así o castigarlos, no logramos que liberen la rabia.

Andrea dijo que los chicos liberan rabia, ansiedad o emociones contenidas, corporalmente, es decir mediante actividad física por lo que se puede usar ello como estrategia. Unos se calmarán jugando básket, o saliendo a correr, otros tocando un instrumento, o escuchando música, hay que proponerles estrategias.

Lo principal es poder empatizar con tu hijo, decirle "entiendo que estés abrumado" con las obligaciones del colegio o los cambios, o por lo que pudiera estar pasando, y hablarle de nuestra propia experiencia cuando fuimos púberes.

"El tiene que sentir no una mamá que está ahí vigilante, sino una mamá que está alerta, que contiene su mundo, que sabe lo que le pasa, que sabe que tiene un conflicto con amigos, o que sabe lo que está viendo en el Ipad, qué bloguero sigue y qué intereses tiene", dijo Andrea.

chicas - portriplepartida.blogspot.com

Cuando nuestros hijos alcanzan la pubertad, se abre para ellos un nuevo abanico de temas, intereses, inquietudes y hábitos en su vida sobre los que pudimos hablar en la charla con Andrea, y algunos de éstos son:

1. Su imagen

La pubertad es el periodo en el que más diferencias, y muy grandes, pueden haber entre chicos de la misma edad. Unos pueden verse muy altos, con acné en la cara, y otros muy pequeños, muy niños, y lo mismo con las chicas. Estas diferencias en su imagen, en su cuerpo, les causa mucha inseguridad. Lo mejor que podemos hacer es conversar con ellos contándoles nuestra propia experiencia, eso en cierta manera, les va a dar tranquilidad.

2. Sexualidad

Andrea dijo que en la pubertad los chicos empiezan a tener mucha curiosidad por el acto sexual, mientras que las chicas más inquietud sienten por saber cómo es el vínculo de enamoramiento entre una chica y un chico. Andrea dijo que los padres somos quienes debemos abordar el tema de la sexualidad con nuestros hijos y no esperar que el colegio se encargue.

Algunos chicos manifiestan rechazo a saber de temas de sexualidad, dicen !ajj!, no quiero saber", pero Andrea dice que incluso ese "ajj" refleja una curiosidad sexual. En esos casos, debemos decirles, "si no quieres hablar de esto, está bien, no estás listo, pero cuando quieras hablarlo, aquí estoy para responderte".

Debemos ser muy claros y explicarles que ellos podrán oir muchas cosas y obtener información de diferentes fuentes, como amigos, Internet, pero que mucha de esa información no es real, es inventada o exagerada.

3. Chats y tecnología

Lo mejor sería poder retrasar el acceso de nuestros hijos a las redes sociales, chats, Whatsapp, porque es evidente que no tienen la madurez suficiente para usarlos. La realidad es que se dan muchas situaciones de conflicto y agresividad en las redes a la que van a estar expuestos nuestros hijos. Por ejemplo en los chats grupales de Whatsapp los chicos eliminan a algún compañero, luego lo incluyen, luego lo vuelven a eliminar. Nosotros debiéramos hablarles de esto y conversar, hacerlos pensar sobre sí mismos, hacerles empatizar con el niño eliminado, cómo crees que se siente, cómo te sentirías tú si te pasara lo mismo, advertirles que piensen bien lo que van a escribir antes de hacerlo, etc.

4. Series de TV

Con Netflix, los chicos tienen actualmente una oferta ilimitada de series de temática adolescente, pero con un contenido realmente fuerte, como por ejemplo la muy publicitada "Thirteen Reasons Why" que toca el tema del bullying, la violación sexual y el suicidio. Este tipo de series no es apropiada para chicos púberes, pero ellos ya tuvieron noticia de su existencia y muy probablemente sentirán curiosidad por verla. Si tu hijo plantea ver una de estas series, propón verla juntos, así tú tendrás la oportunidad de explicar o de aclarar las cosas que está viendo o la información que está recibiendo.

Sí, la pubertad es una etapa difícil para nuestros hijos y para nosotras sus madres, y en el caso nuestro, lo triste es darte cuenta de pronto que tu hijo ya no te ve más como su súper mamá, como lo máximo, a la que admiraba y de la que se sentía orgulloso. El hijo púber empieza a verte más humana, más real, más vulnerable, con todos tus defectos y tus fallas, y empieza a criticarte y a cuestionarte.

Es parte del desarrollo normal de un niño que se va a transformar en un adolescente y luego en un adulto. Necesita diferenciarse de tí, necesita bajarte de tu pedestal, y cuestionarte, para ir construyendo su propia identidad.

Es triste y hasta doloroso, ¿verdad? pero es parte de la vida, lo que podemos hacer es tener en cuenta el dicho "la vaca no se acuerda cuando fue ternera". ¿Acaso no pasaste por la pubertad también? ¿No te desesperaban tus padres siempre dándote órdenes? ¿No te sentías insegura de tu físico? ¿No había momentos en que no querías hablar con nadie? ¿o que sentías que nadie te comprendía?

Aunque el hijo que atraviesa la pubertad pueda parecer malhumorado o distante, es cuando más te necesita. La mamá tiene que ser un acompañamiento constante, no significa que estemos encima de ellos todo el tiempo, pero como dijo Andrea, debemos estar alertas y no perder el vínculo de comunicación con ellos.

Así que la próxima vez que tu hijo venga a tí furibundo y con ganas de discutir, no pises el palito, respira hondo, cuenta hasta 10, ármate de calma y mucha paciencia. Recuerda que con entrar en una pelea, no ganarás nada, solo abrir una brecha entre él y tú.

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** A Andrea Palacios la pueden encontrar y contactar a través de su página Madres de Hoy en Facebook o en http://www.madresdehoy.com
Brinda talleres grupales y sesiones individuales para padres que busquen consejería sobre temas de crianza.



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